Cuándo dejar de usar gasas tras una extracción dental

Ya sea causada por un accidente o por una caries extensa, una extracción es a menudo la solución para un diente gravemente dañado. Se trata de un procedimiento frecuente que implica varios pasos y unos cuidados postoperatorios adecuados.

Cada paso del procedimiento es esencial y contribuye a su éxito. Sin embargo, una vez extraído el diente, el dentista debe colocar una gasa sobre la herida como último paso.

Aunque esto pueda parecer sencillo, es un paso vital y desempeña un papel principal en el proceso de curación. Por lo tanto, saber cuánto tiempo hay que morder la gasa después de una extracción dental es esencial para evitar cualquier problema o inconveniente.

En este artículo explicaremos cuándo dejar de usar gasas después de una extracción dental y comentaremos algunas instrucciones postoperatorias.

Gauze

¿Cuánto tiempo hay que morder la gasa después de una extracción dental?

Tras la extracción del diente, el dentista debe colocar una gasa limpia o estéril sobre la herida. Además, el dentista pide al paciente que lo muerda durante unos 30 - 45 minutos.

Después, la gasa debe retirarse con cuidado. Sin embargo, esto no debe hacerse con las manos desnudas. En su lugar, es muy recomendable retirarla con cuidado empujándola con la lengua y dejándola caer fuera de la boca. Se hace así para evitar contaminar la herida con las bacterias de las manos. Por lo tanto, este método previene las infecciones.

Sin embargo, en algunas ocasiones, la herida sigue sangrando después de retirar la gasa. Esto suele ocurrir si se desprende el coágulo de sangre que se está formando en el interior de la cuenca. En este caso, el paciente debe colocar un trozo de gasa limpia sobre la herida y morderla durante otros 30-45 minutos. Algunos dentistas suelen proporcionar a sus pacientes un trozo adicional de gasa estéril por si esto ocurre.

Si la hemorragia no se detiene, es esencial ponerse en contacto con el dentista inmediatamente.

¿Por qué es tan importante?

La gasa que se coloca sobre la herida desempeña un papel importante en el proceso de cicatrización. Ayuda a formar y proteger el coágulo de sangre dentro de la cavidad donde se extrajo el diente.

Tras la extracción de un diente, queda una cavidad vacía en el lugar donde estaba el diente. Sin embargo, esta cavidad se llena rápidamente de sangre. Esta sangre se convierte en un coágulo y comienza el proceso de curación. 

El coágulo de sangre protege el hueso y el nervio del alveolo. Además, sirve de base para el crecimiento de hueso y encía nuevos que acabarán rellenando el espacio dejado por el diente.

Al morder una gasa, se aplica presión sobre la herida. Esto ayuda a detener cualquier hemorragia excesiva y permite que la sangre se convierta en un coágulo. Además, ayuda a que el coágulo permanezca en su sitio mientras se forma.

Por este motivo, es esencial utilizar gasas durante al menos 30 minutos. Suele ser tiempo suficiente para que el coágulo se forme y se fije. 

teeth bleed

¿Cómo saber si la gasa debe retirarse o no?

La gasa desempeña un papel importante en el período inmediatamente posterior a la extracción dental porque ayuda a formar y estabilizar un coágulo de sangre. Aunque el tiempo sugerido para dejar la gasa en su sitio es de 30 a 45 minutos, hay condiciones que prolongan este periodo. Por ejemplo, las personas con un tiempo de coagulación lento debido a la medicación o a una afección médica necesitarán más tiempo con la gasa antes de que la hemorragia se detenga por completo.

Durante esta fase, es esencial vigilar el estado de la gasa utilizada. Si la gasa sigue húmeda, hay que sustituirla inmediatamente por una nueva y estéril. La presión ejercida al morder la gasa ayuda además a detener la hemorragia y reduce el movimiento que habría desprendido el coágulo.

Mal uso de las gasas y cómo evitar errores comunes

El manejo adecuado de las gasas es crucial para una recuperación satisfactoria tras una extracción dental. Sin embargo, muchos cometen inadvertidamente algunos errores que pueden poner en peligro su recuperación.

Dejar la gasa puesta demasiado tiempo

El error más frecuente es olvidarse de retirar la gasa en un plazo de 30 a 45 minutos. Cuando por fin intentas retirarla, puede que ya se haya secado y adherido a la herida. Retirar esa gasa puede desprender el coágulo que está cicatrizando y provocar dolor y nuevas hemorragias.

Para evitarlo, debes programar un temporizador cada vez que pongas una gasa para asegurarte de que se retira o se sustituye a su debido tiempo. En caso de que la gasa se pegue, humedécela ligeramente con agua antes de retirarla para no perturbar el proceso de cicatrización.

Manipulación de gasas con las manos desnudas

La higiene es uno de los aspectos críticos en la manipulación de gasas, pero la mayoría de las personas introducen bacterias en la herida sin saberlo. Por ejemplo, alguien puede apresurarse a cambiar la gasa sin lavarse las manos, transfiriendo bacterias de sus dedos al lugar de la extracción. Esto podría aumentar las probabilidades de infección, causando hinchazón, enrojecimiento o molestias.

Lávate siempre bien las manos antes de manipular las gasas. Si no puedes lavarte las manos, utiliza instrumentos desinfectados, como pinzas, para volver a colocar la gasa de forma segura. La manipulación estéril minimiza el riesgo de introducir bacterias en la herida.

Uso excesivo de gasas

Otro error es mantener la gasa en la boca durante muchas horas después de que haya cesado la hemorragia. Por ejemplo, un paciente puede estar cambiando la gasa todo el día, aunque la herida no lo requiera. La retención excesiva de la gasa irrita la zona de cicatrización y provoca una mayor prolongación de la recuperación.

También es importante dejar de utilizar la gasa cuando la hemorragia disminuya o incluso se detenga. No sirve para nada y puede retrasar la curación, ya que irrita el coágulo o el tejido circundante al rozarlo.

Morder demasiado fuerte

Algunas personas también pueden creer que si muerden con fuerza la gasa, se acelerará el proceso de coagulación. Esto puede provocar rápidamente un dolor innecesario e incluso hacer que el coágulo se desprenda. Puede hacer que le duela la mandíbula por la presión o empujar el coágulo fuera de su posición alineada por la fuerza ejercida.

En su lugar, muerde la gasa con suavidad y firmeza. La idea es ejercer una presión constante sin causar molestias ni irritar la herida.

Pasar por alto las hemorragias excesivas

El sangrado excesivo también es algo que la mayoría de la gente tiende a pasar por alto. Alguien puede pensar que una hemorragia intensa que dura varias horas es normal y no acudir al dentista. Si no se tratan, pueden surgir complicaciones, como mareos o alveolitis seca.

Si la hemorragia no disminuye con el tiempo, o si la gasa se satura continuamente de sangre, merece la pena consultar a un profesional médico. Las hemorragias incontroladas repetidas pueden indicar una enfermedad que forma coágulos u otro problema que requiere atención urgente.

Uso de materiales no estériles

En algunas personas, los sustitutos estériles de la gasa se aplican en forma de pañuelos, toallas de papel o servilletas, lo que introduce fibras y bacterias en la herida y la hace más propensa a la infección. Por ejemplo, el tejido puede desintegrarse al ser mordido por el paciente y dejar restos dentro del lugar de extracción.

Utiliza siempre gasas estériles recomendadas por tu dentista o en una farmacia. Están diseñadas para mejorar la cicatrización y disminuir la posibilidad de infección.

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¿Cómo cuidar la herida después de retirar la gasa?

Es esencial proteger el coágulo sanguíneo y la zona que rodea la herida para permitir que cicatrice adecuadamente. Algunas recomendaciones son las siguientes:

  • Mantener una buena higiene bucal:

Después de una extracción dental, hay que cepillarse los dientes y usar hilo dental. No obstante, también es esencial cepillarse con cuidado los dientes próximos a la herida.

Utilizar un inteligente Cepillo de dientes eléctrico sónico que se puede configurar con diferentes modos, como el Oclean X Pro Elite smart Cepillo de dientes eléctrico sónicosuele ser una gran solución en estas situaciones. Este cepillo de dientes puede configurarse en modo sensible y tiene un nivel de baja intensidad para actuar suavemente sobre la zona.

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  • No escupas ni utilices pajitas:

Estas acciones pueden desprender el coágulo de sangre de la cuenca. Además, no te enjuagues enérgicamente, ya que podría tener el mismo efecto.

Los dentistas recomiendan esperar al menos de 4 a 7 días antes de realizar estas acciones. No obstante, se recomienda enjuagar suavemente con agua salada tibia el día después de la extracción del diente para ayudar con la hinchazón. 

  • Sigue una dieta blanda:

Los pacientes deben comer alimentos blandos los días siguientes a la intervención. Esto puede incluir alimentos como pasta, sopa y puré de patatas. También se recomienda evitar alimentos que puedan atascarse dentro de la cuenca, como el arroz. 

  • No fumes ni toques la zona:

Fumar interfiere en el proceso de cicatrización. No solo lo hace más lento, sino que también aumenta las probabilidades de infección y de alveolos secos.

Tocar la zona con los dedos o pincharla con cualquier objeto, incluidos bastoncillos de algodón y la lengua, también puede provocar una infección o desprender el coágulo de sangre.

¿Es normal sangrar? 

Una hemorragia intensa tras la extracción de un diente es anormal y debe ser examinada inmediatamente por un dentista. Sin embargo, esto solo ocurre en raras ocasiones.

No obstante, es totalmente normal que el día de la intervención se note algo de sangre en la saliva. Esto suele ocurrir mientras la zona cicatriza. Además, el sabor a sangre debería desaparecer en los días siguientes a la extracción dental.

En caso de hemorragia profusa, suele bastar con morder un trozo limpio de gasa para detenerla.

Para llevar 

Los pacientes deben utilizar gasas entre 30 y 45 minutos después de la extracción. Esto ayuda a formar y proteger el coágulo de sangre dentro de la cavidad.

Si la hemorragia no se detiene, es necesario colocar una gasa nueva y morderla durante otros 30 - 45 minutos. Después, la gasa debe retirarse suavemente sin tocarla ni tocar el lugar de la extracción con las manos. Esto ayuda a prevenir infecciones y permite que la herida cicatrice correctamente.

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